Papantla es una ciudad donde se respira cultura
Por Édgar Escamilla
Papantla, Ver.-El olor a copal y vainilla estimula los sentidos de quien llega a la “Ciudad que perfuma el mundo”. Sus calles pintorescas, aunque han tratado de ser uniformadas desde que fue nombrado Pueblo Mágico, mantienen ese colorido característico de la provincia, de la tierra de la cultura de Los Tres Corazones.
José García Payón sitúa la fundación de Papantla aproximadamente en el año 1230, por parte de un grupo de emigrantes de El Tajín, pero también de pobladores chichimecas que había abandonado la ciudad de Tula. Sin embargo, debe su nombre al pueblo Mexica, que durante el gobierno de Izcóatl conquistó la región; así, deriva del náhuatl y se traduce como “Lugar de Papanes” o “Donde abundan los papanes”.
Caminar por sus calles es adentrarse a un viaje al pasado, entre casonas de piedra con techos de teja. Aunque los papanes a los que refiere su nombre han reducido su presencia por el crecimiento de la mancha urbana, las palomas abundan por doquier y su vuelo engalana su cielo.
Sin duda se trata de un lugar atractivo para quien guste del turismo cultural y rural, con una amplia oferta de servicios. Los hoteles tienen una capacidad de 600 habitaciones en 24 hoteles y moteles, además de 100 cuartos que se habilitan en los domicilios particulares que se suman durante las temporadas altas, en especial durante el festival Cumbre Tajín.
El viajero puede llegar a la cabecera municipal y admirar el mural “Homenaje a la cultura Totonaca”, del maestro Teodoro Cano, el cual está adosado al muro de contención de la catedral de “Nuestra Señora de la Asunción”, donde además podrá presenciar el ritual de los voladores todos los días de la semana.
Si lo que prefiere es tener una vista desde el mirador más elevado, puede caminar unos cuantos metros y subir hasta el monumento al Volador.
Un punto obligado a recorrer es el parque central Israel C. Tellez, donde se ubica un quiosco cuya bóveda está decorada con el mural “La destrucción del hombre”. En este mismo espacio, el visitante pude acercarse con libertad a las ardillas y darles de comer, lo mismo que a las palomas que constantemente revolotean por el lugar. A un costado se ubica el monumento “Leyenda de la Vainilla”, donde se relata la historia del surgimiento de esta orquídea.
Caminando por la calle José de Jesús Núñez se llega al Centro Cultural Teodoro Cano, donde se expone parte de la obra de este artista papanteco. No puede faltar en el recorrido una visita al mercado de artesanías.
Recientemente, el artista José Martínez ha emprendido una labor especial para darle mayor color a las calles de Papantla, pintando murales en las paredes de las casas en diferentes puntos de la ciudad, en los cuales retrata el sincretismo de la cultura totonaca.
Pero Papantla es mucho más que su centro urbano. Es el único municipio en México que cuenta con tres declaratorias de patrimonio cultural: La ciudad sagrada de El Tajín, el Centro de las Artes Indígenas (CAI) en el parque temático Takilhsukut y la danza ritual de Los Voladores, además de una denominación de origen por la vainilla, aromático al que debe sea conocida como “La ciudad que perfuma al mundo”.
Los visitantes pueden acudir a la zona arqueológica de Cuyuxquihui, sitio de vestigios conocida como la Pompeya mesoamericana. Está ubicada en el llano papanteco, por encima del río Tecolutla, desde donde se observa una panorámica espectacular. Para llegar hasta este lugar, es necesario cruzar el río a través del nuevo puente Remolino, donde además se conserva el viejo puente metálico que recuerda al Golden Gate de San Francisco, Estados Unidos.
Para relajarse después de recorrer los museos y zonas arqueológicas, el visitante puede acudir a disfrutar de las playas semivírgenes del municipio en Tenixtepec, Rancho Playa o Villas Chichinit; o bien, reconfortarse en los parques ecológicos Kiwikgolo y Xanath, la reserva Talhpan o las cascadas en Insurgentes Socialistas.
Papantla es un municipio con una amplia oferta turística permanente, pero además cuenta una gran variedad de festividades a lo largo del año, iniciando con la festividad del “Litlán” el 6 de enero, en el que el pueblo indígena pide permiso a los dioses para las actividades que se realizarán a lo largo de los doce meses.
El dos de febrero se conmemora el día de la Candelaria, con una exposición y concurso de tamales. Después la ceremonia del equinoccio de primavera en la zona arqueológica, para dar paso al festival Cumbre Tajín.
A esto se suman el carnaval en Semana Santa, torneos de pesca, la celebración de Corpus Christi en junio, muestras gastronómicas, entre otras actividades que hacen de Papantla un municipio con una amplia oferta para sus visitantes.